Ingeniería, Instalación y Desarrollo Solar

Las placas solares que están cambiando el regadío en los campos españoles

23-Oct 2019
La Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir y los productores de Casas de Hualdo se han pasado a las instalaciones de autoconsumo agrícola. Así les va en esta nueva etapa
 
Antonio Morales Medina se muestra satisfecho al otro lado del teléfono. Tiene garantía para afrontar el consumo energético al que hace frente la Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir, que agrupa a cerca de 2.000 regantes andaluces y de la que es director. En 2008 esta comunidad hizo realidad un ambicioso plan de modernización y transformación de sus infraestructuras. La inversión de 120 millones de euros generó, a costa de un incremento de la demanda energética, un importante ahorro de agua.
Pero el 1 de julio de ese mismo año, la orden del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio eliminaba las tarifas generales de alta tensión, la tarifa horaria de potencia y las tarifas de riegos de alta tensión. La medida implicaba pagar más por la energía, una realidad que afectó desde el principio al gasto y el rendimiento del sistema de distribución de agua.
La solución ha llegado este año a través de la energía fotovoltaica y de una planta de seis negavatios, la mayor instalación de autoconsumo agrícola de España: "Estudiamos la viabilidad del proyecto, hicimos números y nos lanzamos", nos cuenta Morales. "Esto nos va a permitir
conseguir el gran objetivo que nos marcamos: ofrecer a nuestros regantes las mismas condiciones de servicio durante día y noche, pero manteniendo los costes".
Este cambio supondrá, además, un ahorro económico, según explica Morales Medina: "Vamos a tener algunos excedentes. La energía que produce la planta en un año es aproximadamente igual a la que nosotros consumimos, pero por desagracia los momentos de producción y consumo no coinciden. El 80% de la energía que necesitamos la consumimos en verano, así que durante el invierno la planta generará un excedente que se venderá y nos supondrá unos ingresos extra. La rentabilidad final del proyecto dependerá del precio de la energía, pero nuestro verdadero objetivo es el autoconsumo".
Además, matiza Morales Medina, "lo que buscamos, más que una rentabilidad económica, es mejorar el servicio y la productividad y ahorrar agua. Y eso solo en el periodo de amortización de la planta, que será de unos siete u ocho años. A partir de ahí, el beneficio será mayor".
En una situación muy similar se encuentra José Antonio Peche, director general de los aceites de oliva virgen extra Casas de Hualdo,
que ha instalado una planta fotovoltaica de 567 kilovatios para alimentar las bombas de riego de sus olivares y el resto de cultivos: "El
primer año ha sido de transición, pero ya hemos ahorrado 60.000 euros de factura energética".

En el caso de Casas de Hualdo, además, el cambio en materia climática también ha sido evidente: "Tenemos calculada la huella de carbono y,
con esta energía, hemos reducido cerca de 180 toneladas de CO2. Esto es importante, porque ya no se trata solo de hacer un buen producto,
sino también de hacerlo desde una perspectiva integral. Queremos ser sostenibles, no es solo ahorro económico, hay que hacerlo de forma
respetuosa y sostenible en el tiempo", asegura Peche.

Una tendencia al alza
 
Las cifras son claras: el informe de 2018 de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) recoge que el sector agrícola es uno de los que más recurre a esta energía, llegando a acaparar el 25% de la potencia de autoconsumo total a nivel nacional.

Estos dos casos no son aislados: "Hay muchas comunidades que se están interesando en la energía fotovoltaica", añade Antonio Morales
desde la Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir.

"Creemos que una planta ayuda a paliar los costes energéticos, que son más de la mitad de los costes de producción. Estamos en una etapa en la que es obligatorio que los usuarios, al menos, se planteen la posibilidad de aprovechar la energía solar. No digo que necesariamente sea una solución para todos los casos, pero seguramente para la mayoría sí".

Peche apunta en la misma dirección: "Desde el momento en que la fotovoltaica empezó a ser accesible en precios y con los cambios de regulación, compensa. Si algo tenemos en España en la época de riego es sol disponible, así que hay que tratar de capitalizarlo para ahorrar". Y es que "dentro de poco este tipo de energía va a ser algo sin lo que va a ser muy difícil competir. Con los márgenes tan apretados con los que trabaja la agricultura, cuando esto se generalice no va a ser una opción, va a ser necesario".

El auge del autoconsumo agrícola La Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir y Casas de Hualdo tienen algo en común: ambas son clientes de Powen, una empresa española que ofrece soluciones de energía fotovoltaica para particulares, empresas y todo tipo de instituciones públicas y privadas.

La compañía creció con instalaciones de autoconsumo en el sector agrícola y hoy cuenta con todas las tipologías en este sentido: desde aisladas de la red hasta conectadas, incluyendo la venta de energía.

Además, sus instalaciones de bombeo aumentan la rentabilidad, competitividad y sostenibilidad de las explotaciones. Su sistema de riesgo solar inteligente se adapta al tipo de bombeo existente y al tipo de cultivo a regar. En este sentido, sincroniza la energía solar disponible con las necesidades de riego, ofreciendo soluciones a medida adaptadas a cada finca. En un modelo de autoconsumo, la empresa española ayuda a los clientes que sigan conectados a la red a gestionar los excedentes que no consuman.

Powen, empresa especializada en energía solar fotovoltaica, también ofrece informes personalizados para verificar la operación de la planta, además de un acceso constante y en tiempo real a su instalación desde una aplicación móvil, con acceso a todos los parámetros que influyen en el sistema de bombeo, como pueden ser la presión, caudal y potencia en tiempo real o graficas históricas de presión y volumen.

Para Remigio Abad, director general de la compañía, uno de los principales beneficios de los proyectos de bombeo solar es "la disminución drástica de los costes energéticos de las explotaciones o comunidades de regantes (puede llegar al 30% de la factura energética), lo que se traduce en un incremento de rentabilidad de la actividad, una mejora de la eficiencia en el uso del agua y la energía y un aumento de la sostenibilidad de los cultivos gracias al descenso de la huella de carbono". Además, Abad considera fundamental que el servicio no se quede en la mera instalación, sino también acompañar a los clientes a lo largo de su vida útil para ayudarles a optimizar el retorno en forma de ahorro y de gestión energética para la venta de excedentes.
 
Fuente: www.elconfidencial.com

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