Las fábricas de productos de consumo y alimentación en España son una avanzadilla en el uso de energías limpias. El programa Ambition 2030 de Procter & Gamble (P&G) prevé que el 100% de la energía que utilicen sus plantas en todo el mundo sea renovable en esa fecha, un objetivo que desde 2015 cumplen las de Mequinenza (Zaragoza) y Jijona (Alicante). La primera produce para Europa, Asia, África y Sudamérica las toallitas húmedas de Dodot y Pampers; la de Jijona, los pañales de Dodot para España y Portugal, y las marcas Evax y Ausonia. Las plantas de Unilever (Skip, Dove, Knorr, Hellmann's, Frigo o Ben & Jerry's) en todo el mundo ya producen con energía limpia, contribuyendo al objetivo de ser una compañía de carbono positivo en 2030. Entre ellas, la factoría de salsas de Leioa (Vizcaya) y la sede de Viladecans (Barcelona). Acciona le suministra energía 100% renovable certificada por la CNMC desde 2018. Este año, prevé entregar 15,1 GWh a Unilever, evitando la emisión de 3.638 toneladas de CO2 a la atmósfera (equivalente a más de 23.300 coches). Toda la electricidad que compra Nestlé, que tiene diez centros de producción en Asturias, Galicia, Cantabria, Cataluña y Extremadura, es también de origen renovable. Calidad Pascual, que tiene un acuerdo de suministro de energía eólica con EDRP, roza ya el 100% de uso de energía verde en sus complejos industriales: Aranda de Duero (Burgos), Gurb (Barcelona) y Mocay (Pamplona), así como los de Bezoya en Ortigosa del Monte y Trescasas (Segovia). El Grupo Bimbo, con 10 factorías de pan, bollería y tostados, prevé usar sólo energía limpia en 2025. La fábrica de L'Oréal en Burgos fue la primera del grupo de cosmética en todo el mundo en poner marcha, en 2013, una planta de generación de energía por biomasa (junto a la Junta de Castilla y León). Hoy no sólo cubre las necesidades energéticas de la instalación, sino también de otras fábricas cercanas.